A Fin De Perfeccionar A Los Santos - Efesios 4:7-17
Efesios 4:7-17Pero a cada uno de nosotros fue dada la gracia conforme a la medida del don de Cristo. 8Por lo cual dice: subiendo a lo alto, llevó cautiva la cautividad, y dio dones a los hombres.9Y eso de que subió, ¿qué es, sino que también había descendido primero a las partes más bajas de la tierra? 10El que descendió, es el mismo que también subió por encima de todos los cielos para llenarlo todo. 11Y él mismo constituyó a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; a otros, pastores y maestros, 12a fin de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo, 13hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a un varón perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo; 14para que ya no seamos niños fluctuantes, llevados por doquiera de todo viento de doctrina, por estratagema de hombres que para engañar emplean con astucia las artimañas del error, 15sino que siguiendo la verdad en amor, crezcamos en todo en aquel que es la cabeza, esto es, Cristo, 16de quien todo el cuerpo, bien concertado y unido entre sí por todas las coyunturas que se ayudan mutuamente, según la actividad propia de cada miembro, recibe su crecimiento para ir edificándose en amor. 17Esto, pues, digo y requiero en el Señor: que ya no andéis como los otros gentiles, que andan en la vanidad de su mente.
1. ¿Cómo se perfeccionan los santos?
a. Nadie puede hacerlo por sí mismo.
Romanos 5:6Porque Cristo, cuando aún éramos débiles, a su tiempo murió por los impíos.
b. Jesucristo nos hace tomar el primer paso. La perfección de los santos comienza con un regalo: La Salvación.
Romanos 5:8Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros.
Romanos 6:23Porque la paga del pecado es muerte, más la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro.
Tito 3:5 Nos salvó, no por obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino por su misericordia, por el lavamiento de la regeneración y por la renovación en el Espíritu Santo,
c. El Espíritu Santo nos guía en la continua transformación de los santos.
2 Corintios 5:5 Más el que nos hizo para esto mismo es Dios, quien nos ha dado las arras del Espíritu.
Juan 14:16-17 Y yo rogaré al Padre, y os dará otro Consolador, para que esté con vosotros para siempre: 17el Espíritu de verdad, al cual el mundo no puede recibir, porque no le ve, ni le conoce; pero vosotros le conocéis, porque mora con vosotros, y estará en vosotros.
Juan 14:26Más el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, él os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que yo os he dicho.
1 Corintios 6:19-20 ¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no sois vuestros? 20Porque habéis sido comprados por precio; glorificad, pues, a Dios en vuestro cuerpo y en vuestro espíritu, los cuales son de Dios.
d. Dios nos ha dado dones espirituales y habilidades.
Efesios 4:11Y él mismo constituyó a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; a otros, pastores y maestros;
2. ¿Porque Dios quiere perfeccionar a los santos?
a. El propósito no es para glorificar a si mismo
2 Corintios 12:5 De tal hombre me gloriaré; pero de mí mismo en nada me gloriaré, sino en mis debilidades.
Jeremías 9:23 Así dijo Jehová: No se alabe el sabio en su sabiduría, ni en su valentía se alabe el valiente, ni el rico se alabe en sus riquezas.
2 Corintios 12:9 Y me ha dicho: Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad. Por tanto, de buena gana me gloriaré más bien en mis debilidades, para que repose sobre mí el poder de Cristo.
b. Dios quiere perfeccionar a los santos para que ellos le sirvan al Señor
Hebreos 9:14 ¿Cuánto más la sangre de Cristo, el cual mediante el Espíritu eterno se ofreció a sí mismo sin mancha a Dios, limpiará vuestras conciencias de obras muertas para que sirváis al Dios vivo?
Efesios 2:10Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas.
1 Corintios 9:19 Por lo cual, siendo libre de todos, me he hecho siervo de todos para ganar a mayor número.
c. Dios quiere perfeccionar a los santos para que ellos lleven a cabo la obra de Dios
Juan 4:32-35Él les dijo: Yo tengo una comida que comer, que vosotros no sabéis. 33Entonces los discípulos decían unos a otros: ¿Le habrá traído alguien de comer? 34Jesús les dijo: Mi comida es que haga la voluntad del que me envió, y que acabe su obra. 35¿No decís vosotros: Aún faltan cuatro meses para que llegue la siega? He aquí os digo: Alzad vuestros ojos y mirad los campos, porque ya están blancos para la siega.
Hechos 1:8 Pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra.
Mateo 28:19-20 Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; 20enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén.
3. El propósito en perfeccionar a los santos:
a. Para glorificar al Señor y servirle siempre
b. Para vivir según la imagen de Cristo
c. Que sega la obra a perfeccionarnos hasta que lleguemos a la meta:
Efesios 4:13-17Hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a un varón perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo; 14para que ya no seamos niños fluctuantes, llevados por doquiera de todo viento de doctrina, por estratagema de hombres que para engañar emplean con astucia las artimañas del error, 15sino que siguiendo la verdad en amor, crezcamos en todo en aquel que es la cabeza, esto es, Cristo, 16de quien todo el cuerpo, bien concertado y unido entre sí por todas las coyunturas que se ayudan mutuamente, según la actividad propia de cada miembro, recibe su crecimiento para ir edificándose en amor. 17Esto, pues, digo y requiero en el Señor: que ya no andéis como los otros gentiles, que andan en la vanidad de su mente,